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Artículo de José Luis Casas en Diario Córdoba

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09.12.09

La Fundación Escolar Termens, institución Colegial de Honor

En esta ocasión, el Patronato de la Fundación Aguilar y Eslava, decidió por unanimidad conceder a la Fundación Escolar Termens y Colegio Niño Jesús, regentado por las Hijas de la Caridad, el reconomiento como Colegial de Honor. En este año se cumple el setenta y cinco aniversario de su creación por la Vizcondesa de Termens.

Fue el presidente de la Fundación Aguilar y Eslava, Salvador Guzmán Moral, el encargado de glosar la trayectoria de las Hijas de la Caridad y de la Fundación Termens. La actual superiora de la comunidad, Sor Pilar Garcia Pedrosa, recibió en nombre del Colegio y de la Fundación, el reconocimiento. Éstas fueron las palabras que le dedicó Salvador Guzmán.

FUNDACIÓN ESCOLAR TERMENS

La educación egabrense durante el primer cuarto del siglo XX, tenía en la llamada Escuela del Niño Jesús de Praga regentada por las Hijas de la Caridad y ubicada en el antiguo convento de Santo Domingo, un refugio que procuraba la educación primaria a muchos niños y niñas de Cabra. La Fundación Escolar Termens sucedería en el tiempo, a otros establecimientos docentes del siglo XIX como la Escuela de la Obra Pía, la Escuela de la Sociedad de Amigos del País y la Escuela Normal.

El proyecto de Grupo Escolar Termens data de 1930 y consistía en la construcción de un edifico principal y otros secundarios como dependencias de un centro escolar ubicado en una huerta que a tal efecto adquirió doña Carmen Jiménez Flores, Vizcondesa de Termens. Quiso su fundadora que fuera en beneficio de los más humildes y para ello costeó la obra y destinó la renta futura de un capital fundacional.

En el edificio principal se construyó una capilla donde se instaló el Mausoleo que la propia Vizcondesa de Termens encargó al insigne escultor Mariano Benlliure y que se levantó originalmente en el Cementerio Municipal, de donde se trasladó en 1931.

El periódico local “El Popular” publicaba el 3 de diciembre de 1930 un artículo sobre el comienzo de las obras en la Fundación Escolar Termens, en él se relatan las razones que llevaron a doña Carmen Giménez a emprender esta empresa: “ (...) Un día, una distinguida dama egabrense visitaba, en una de sus constantes muestra de caridad y amor al desvalido, nuestro hospital de beneficencia particular, y como tantas otras veces prodigó el consuelo a los desgraciados, entregándole al mismo tiempo donativos y obsequios. Había recorrido sus dependencias. Había visto su marcha y sus necesidades. Había visto su escuela, donde la caridad de las madres, llevaba la enseñanza a multitud de niños. Y había oído también de labios de aquellas monjitas que con todo amor se consagraban al cuidado del niño, frases amargas, tristeza dolorosa, de las amenazas que se cernían sobre aquella misión cultural. (...) Y la dama que consoló a los enfermos en su dolor, consoló a las monjitas en su tristeza. Tendréis unas escuelas modelo, fue la frase rotunda y prometedora que en aquella entrevista pronunció la ilustre visitante Vizcondesa de Termens. ... Y la palabra de la Vizcondesa se cumplió. El lunes pasado, artistas egabrenses comenzaron la tarea de levantar la obra que será gigantesca más que por la materia por el espíritu que la anima. Sobre un huerto, adquirido expresamente para este objeto la gracia florentina de un arquitecto ilustre, D. Enrique Daverio, ha trazado los planos de esta fundación admirable. De dos pisos constará el edificio. En planta baja se construirán pedagógicamente las aulas, y al decir pedagógicamente huelga decir que estarán dotadas de lo que se preceptúa en cuanto a ventilación y mobiliario por la pedagogía moderna. En la misma planta los lavabos y servicios sanitarios; la dirección, dependencias auxiliares y la capilla y panteón de la fundadora, donde más predomina el sabor al estilo florentino. Y en la planta alta las dependencias particulares de las Monjas. Y junto a ello, en jardines y en parques de recreo para niños y niñas, la canción del agua que rimará con la canción de gratitud de los que, por impulso generoso de la dama ilustre, recibirán el sagrado pan del saber...”

El presupuesto inicial para la construcción de este edifico “escolástico”, ascendía a la suma de 131.000 pesetas. El contrato quedaría firmado el 26 de noviembre de 1930 por las partes: como propietaria, doña Carmen Giménez Flores, Vizcondesa de Termens; como arquitecto, don Enrique Daverio, y como contratista constructor, don Rafael Luque Gómez.

El periódico local “La Opinión” informaba así sobre la bendición de estos nuevos grupos escolares, que se inauguraron el 16 de julio de 1934, después de superar una gran cantidad de trabas administrativas: “(...) se llevó a efecto con gran solemnidad, la bendición de los Grupos Escolares que, para niños pobres, ha fundado en esta ciudad la Excma. Sra. Dª Carmen Jiménez Flores, Vizcondesa de Termens. Aludida ceremonia y la primera Misa, estuvo a cargo del Rvdo. Padre Adolfo Tovar, Visitador de los PP: Paúles y de las HH: de la Caridad.”.

En el Contrato (aún vigente) se acuerda que las Hijas de la Caridad se establecen en Cabra para encargarse de unas escuelas gratuitas. En este documento se hace donación del colegio a perpetuidad a la congregación de las Hijas de la Caridad de España, quienes la regentaran, contando, por los menos con cuatro Hermanas, teniendo dos de ellas el título de Maestra.

En sus 75 años, la historia de La Fundación Termens se podrían dividir en dos etapas: Una primera etapa que va desde su apertura en 1934 hasta 1972, y que se dedicaría a la educación Primaria. Una segunda etapa desde los años 70 hasta hoy, comprometida con la educación Especial.

En aquel primer periodo dedicado a la enseñanza Primaria, pasaron por sus aulas más de 2000 alumnos y alumnas, de los cuales muchos accederían al finalizar sus estudios al Instituto Aguilar y Eslava. Son muchos los alumnos, que recuerdan (que recordamos) el paso por el Colegio de Termens.

Cuantos aún mantenemos en la memoria de forma indeleble el recuerdo de sus aulas, y en mi caso, y seguro que también en muchos de vosotros: la rectitud de Sor Isabel, la paciencia de Sor Julia, el genio de Sor María, y como no, el cariño de Sor pilar, su paciencia infinita cuando los niños acudíamos a su mesa a leer la página correspondiente de la Cartilla, y en mi caso (disculpen la referencia personal) cuando para sofocar mi lloriqueo infantil me daba un puñado de lápices y me ponía a dibujar a su lado, en su misma mesa; algo que para un niño como yo, entonces de cincos o seis años, era el regalo maravilloso de una monja tan guapa como mi propia madre.

Tienen razón los que afirman que el juego de la memoria es como un cesto de cerezas: tiras de una y sale otra, y otra y no hay forma de terminar. Por eso hablar de Termens, para mucho de nosotros son multitud de imágenes, de evocaciones, de recuerdos... Por eso, voy a volver de nuevo a la historia oficial.

El primer colegio del Niño Jesús, que se ubicaba en el antiguo Convento- Hospital de San Juan de Dios se legalizó en el año 1916, convertido en Fundación Escolar Termens en los años 30 fue declarado de carácter Benéfico Docente en 1940, y recibiría por primera vez una subvención pública a partir de 1944.

En los años 70, con la creación de otros colegios públicos y el consiguiente descenso en el número de alumnos, se produjo un cambio inesperado en el rumbo del Colegio de Termens.

Como ellas mismas comentan, el año 1972 fue un año de grandes y fuertes experiencias. De sufrimiento por una parte porque el Colegio que había educado a tantos egabrenses, cerraba su puertas; y de gozo, porque se abrían a una nueva y distinta misión educadora: la educación especial.

La Educación especial, aquella destinada al alumnado con necesidades educativas especiales debidas a discapacidades psíquicas, físicas o sensoriales.

Un nuevo reto educativo, tan necesario y demandado en esta comarca y para el cual se movilizaron muchos egabrenses, como ellas reconocen: sensibles a la justicia social y a la igualdad de derechos, quienes plantearon a la comunidad la posibilidad de iniciar esta nueva singladura.

En Cabra y su comarca, se venían detectando una nueva y cruda realidad, la existencia de un número importante de niños y niñas con necesidades educativas especiales. Discapacidades físicas y psíquicas que mantenían a muchos niños ocultos en sus casas y sin ninguna posibilidad de aprendizaje, ni de integración.

Coherentes con el Espíritu Vicenciano, se embarcaron en una aventura educativa, en la que desde el principio sintieron la fuerza, la presencia y el amor de Dios. En un constante esfuerzo por su preparación y formación han luchado denodadamente por mantener la competencia y calidad de un centro especializado.

En la actualidad, la Fundación Escolar Termens funciona como un centro privado concertado que ofrece 7 aulas de Educación Básica Especial donde se atiende a alumnado autista, pluridiscapacitados y discapacitados psíquicos. También ofrecen 2 unidades de Formación a la Transición a la vida adulta y Laboral. El número total de alumnos que atiende la Fundación Escolar Termens –Colegio de Educación Especial Niño Jesús, oscila entre 65 y 70 alumnos por curso. Y su procedencia abarca toda la comarca y también de otras provincias. Cuentan con servicio de transporte escolar y de Comedor.

Todo el personal del Centro educativo esta cualificado profesionalmente y cuentan con profesores terapeutas, psicólogos, fisioterapeutas, Logopedas, educadores, monitores...

Otro aspecto destacable de trabajo educativo en la Fundación Termens, es el que se desarrolla en la actualización y adaptación de medios técnicos a las prácticas educativas especiales. Coordinados por un técnico informático, un psicólogo y los diferentes equipos docentes, se diseñan o adaptan tecnologías que facilitan la comunicación, movimientos, control y la estimulación del alumnado.

La Fundación Escolar Termens, como escuela católica vicenciana, se inspira en el magisterio de Vicente de Paúl, y basan sus esfuerzos en la integración social de los alumnos, la sensibilización por los necesitados y la valoración del saber como medio para servir mejor a los demás.

La actual comunidad de religiosa de la Fundación Termens en Cabra está compuesta por 7 hermanas:
Sor Pilar Pedrosa García (Superiora)
Sor Benita García Jiménez (Directora)
Sor María Almohalla Cárdenas
Sor Soledad Grimaldo Hornero
Sor Juliana Rivas Solís
Sor María de la Paz Pérez Díez
Sor María José Almero Pérez

Todas y cada una de ellas SERÍAN merecedoras de una distinción, de levantarles un monumento... Aunque en este caso, no les hiciera falta, ya el monumento lo tienen en casa.

Y es que aunque a lo mejor no sea este el momento, ni el lugar, o sí ... me gustaría dirigirme a la Sra. Alcaldesa para que volviéramos a plantear algo que ya hemos comentado en alguna ocasión y que a lo mejor necesitaría el empujón definitivo... me refiero a la tramitación de expediente para declaración del Mausoleo de la Vizcondesa de Termens como BIEN DE INTERÉS CULTURAL de Andalucía. En este sentido la Fundación Aguilar y Eslava, se ofrece a colaborar y quiere poner su grano de arena, así para los próximos días queremos hacer llegar a la Fundación Termens un díptico impreso de información y divulgación para los que lo visitan sobre la importancia histórica y artística de este singular monumento funerario, Memoria en mármol y bronce de una época.

Así pues por todo lo expuesto y por mucho más, y al cumplirse en este año de 2009 el 75 aniversario de su Fundación, la Fundación Aguilar y Eslava quiere distinguir a la comunidad religiosa de Termens y su Colegio, como INSTITUCIÓN COLEGIAL DE HONOR en atención a sus sobrados méritos en los ámbitos social y educativo.

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