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PIONERAS: ALUMNAS Y PROFESORAS DEL REAL COLEGIO E INSTITUTO DE CABRA

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ARCHIVO HISTÓRICO AGUILAR Y ESLAVA

BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA

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26.09.16

LIBRO DE LA SEMANA
“Ensayo de zoología agrícola y forestal” por Antonio Blanco Fernández (Madrid, 1859)

Este ENSAYO DE ZOOLOGÍA AGRÍCOLA Y FORESTAL, que constituye nuestro Libro de la Semana, tiene el título secundario de “Tratado de los animales útiles y perjudiciales a la agricultura, a los montes y al arbolado”. La autoría se debe a Antonio Blanco Fernández, doctor en medicina y cirugía, catedrático de agricultura por oposición desde 1835, caballero de la Real Orden Americana de Isabel la Católica, profesor de Agricultura en el Ateneo de Madrid e individuo de varias corporaciones científicas nacionales y extranjeras.

La obra está publicada bajo la protección del Gobierno de S. M. (Isabel II) a propuesta del Real Consejo de Agricultura, Industria y Comercio, realizada por la Imprenta Nacional, en Madrid, en el año 1859. El tipo de encuadernación es holandesa y en el lomo de cuero están estampadas las letras “Instituto y Colegio de Cabra”, en dorado. Numerosos dibujos se insertan a lo largo de sus 572 páginas.

Argumenta en el preludio que el estudio de los animales es tanto más importante para el cultivador cuanto que éste no solo se sirve de ellos como auxiliares en las penosas tareas del campo, “utilizando productos de mucho precio”, sino que puede obtener otras ventajas, “cuales son las de evitar los daños que no pocos le ocasionan en las plantaciones y cosechas”; y añade que “hasta en los productos almacenados en el granero”.

Un agricultor instruido en estos temas de la historia natural, que siga los preceptos de la ciencia abordados a lo largo del presente trabajo de Blanco Fernández, regularizará con más facilidad la clase y cantidad de alimentos que exigen los animales útiles que críe, “conservándolos en buen estado de salud y obteniendo el aumento de ciertos productos, tales como las leches y carnes, cuya calidad le es posible mejorar”.

El estudio de los insectos puede proporcionar al cultivador, “tanto por lo que respecta a los útiles, como por lo concerniente a los dañosos”, grandes ventajas. Entre los primeros están los que se encuentran bajo el inmediato cuidado del hombre, apuntando que a ellos deben agregarse bastantes que por sus costumbres y manera de alimentarse contribuyen a la destrucción de los segundos, poniendo de manifiesto la necesidad de conocer unos y otros para evitar equivocaciones que podrían resultar graves.

Define en el preliminar que diversas aves y reptiles, que son a veces víctimas de injusta persecución, auxilian con ventaja a los cultivadores, disminuyendo y hasta “aniquilando las plagas de orugas e insectos diversos que en ciertas ocasiones y tiempos se desarrollan extraordinariamente”, aconsejando que los animales que sean beneficiosos se respeten. E incide que el objeto del autor es, de forma vehemente, “ser útil a los agricultores y contribuir con ellos al desarrollo de las importantes riquezas de nuestra Península”.

Justifica no haber pretendido hacer un trabajo que satisfaga por completo la necesidad que existe de propagar los conocimientos zoológicos aplicados a la agricultura, pero cree “haber empezado a llenar un vacío que realmente existe”, diciendo que “pluma más competente podrá lograr de un modo más cumplido tan importante objeto”, pero indica que mientras así suceda “nadie podrá negar con justicia la utilidad de este primer ensayo”.

Entre los conocimientos a difundir en España da prioridad a los relativos a la piscicultura, una nueva industria desconocida dentro de nuestras fronteras, la cual examina detenidamente en el libro, reuniendo lo que se halla disperso en varias memorias y opúsculos publicados en el extranjero. Destaca, también, lo relativo a la cría de sanguijuelas, de las que, dice, se puede sacar ventajas. Asimismo aborda lo referente a zootecnia, no extensamente.

El trabajo está dividido en dos partes, buscando la claridad y método: la una destinada a tratar de los animales útiles, y la otra de los perjudiciales; siendo todos estudiados en el orden que le corresponde, según su clasificación zoológica.

La sección primera de los animales útiles al agricultor, cuyo estudio se refiere a los datos y aplicaciones que le proporciona el conocimiento de las costumbres de varias especies, y al producto o productos que puede obtener, recoge entre los primordiales al murciélago. Sigue una exposición con los principios generales relativos a la cría, aumento y mejora de las razas de animales domésticos. En el apartado encontramos el caballo y sus razas (asno y mulo) y los cuidados que necesita el ganado vacuno (vaca, buey), el lanar y el cabrío. Figura en esta sección razonamientos sobre los cerdos y conejos, así como del perro (del rabioso lo hace en un apéndice).

Entre las aves útiles al agricultor por sus costumbres (sección 2.ª), las más interesantes, bajo el punto de vista de insectos que devoran, son los papamoscas, los mirlos, los hormigueros, los pico-finos, los martinetes, las abubillas, las golondrinas, las oropéndolas, etc. Las cigüeñas se describen como “aves predilectas enviadas por la Providencia para destruir considerable número de seres nocivos”. Otras aves útiles para el agricultor por los productos que le suministran son las gallinas, los pavos, los ánsares, los patos y las palomas, prestando especial atención en las domésticas y en las zuritas.

De los reptiles útiles al agricultor por sus costumbres trata la sección tercera. Entre ellos, las tortugas, “pues aunque come también frutos, se alimenta principalmente de insectos y gusanos, destruyendo gran porción”. La sección 4.ª se ocupa de los peces, haciendo un bosquejo histórico de la piscicultura; es decir, el arte de criar y multiplicar los peces. De las especies que se pueden aprovechar más ventajosamente habla de la anguila común, barbo, carpa, gobio, lamprea, truchas, salmones, etc. Facilita unas deliberaciones de la piscicultura bajo el punto de vista comercial.

La sección quinta está dedicada a los insectos, iniciándola con unas generalidades, pasando seguidamente a definir aquellos que son útiles al agricultor por sus costumbres. El estudio que expone facilita en unos casos la destrucción de especies nocivas, sin grandes gastos ni molestias; en otros la podrá dar por segura sin poner nada de su parte, subraya. Lamenta el autor la falta de un estudio, tan necesario y ventajoso, “para podernos oponer más de una vez a los daños que los insectos ocasionan en determinadas plantaciones, y para dar siempre una explicación satisfactoria de la presencia casi repentina de esas legiones de langosta, y otros insectos, que devastan las más florecientes comarcas”. En la nómina de insectos: las abejas, la cochinilla, el gusano de seda…

La segunda parte de este ensayo de zoología agrícola y forestal, enunciado como Animales nocivos al agricultor, se distribuye en cuatro secciones. La primera dedicada a los mamíferos: el lobo (“animal feroz, astuto y vigoroso, capaz de andar cuarenta leguas en una sola noche, es el azote de los ganados”), la zorra, el ratón, etc. De la rata de los muladares escribe: “más feroz e incómoda, habita las casas, se come los pollitos, y también los conejos pequeños. Cójasela con cepos”.

La segunda sección de aves nocivas se inicia con el buitre, águilas, milanos, azores y halcones, sin olvidar a los gorriones (“astutos y tan voraces que, según cálculos aproximados, se cree consume cada cual de ellos unas diez libras de grano anualmente”. Las recomendaciones para su eliminación creemos que hoy en día estarán totalmente prohibidas, aseverando que el medio de asustar a estos pájaros con espantajos y ruidos es ineficaz.

Los reptiles dominan la sección tercera, siendo el más temible la víbora, “cuya mordedura se cura, bien con el amoniaco aplicado sobre la parte, con el hierro candente, o bien con los polvos llamados de la viborera”. Los articulados (articulaciones) forman la sección cuarta: anélidos (lombrices y sanguijuelas), miriápodos (cien pies), arácnidos (escorpión). Prosigue el tema aludiendo a los insectos nocivos del orden de los coleópteros, los ortópteros, hemípteros, himenópteros, lepidópteros y dípteros. El último título está dedicado a los moluscos, entre ellos las babosas y los caracoles.

BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA
Libro de la Semana:

Blanco Fernández, Antonio (m. 1873)

Ensayo de zoología agrícola y forestal ó sea Tratado de los animales útiles y perjudiciales á la agricultura, á los montes y al arbolado / por Antonio Blanco Fernandez ; obra publicada bajo la proteccion del Gobierno de S. M., á propuesta del Real Consejo de Agricultura, Industria y Comercio.-- Madrid : Imprenta Nacional, 1859.

VIII], 572 p. : il. ; 24,00 x 17,00 cm
Enc. hol.
Lomo: “Instituto y Colegio de Cabra”

Materia/género: Zoología agrícola. Tratados, manuales, etc.
Otros responsables: Imprenta Nacional, ed.
Tít. secundarios: Tratado de los animales útiles y perjudiciales á la agricultura, á los montes y al arbolado.

Lugar: España -- Madrid

Sig. Top.: 3394

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