Museo Aguilar y Eslava
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15.08.16
LIBRO DE LA SEMANA
“Diccionario manual para el estudio de antigüedades” por Félix Ponzoa Cebrián y Joaquín María Bover de Roselló (Palma, 1846)


De nuestro Libro de la Semana podemos decir que abandonó en dos ocasiones los anaqueles de la Biblioteca Histórica Aguilar y Eslava para exhibirse en la exposición “Diccionarios” de las más diversas materias de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Ejemplares que corresponden al fondo bibliográfico del Instituto-Fundación. En 2012 fue en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Aguilar y Eslava, actividad organizada por el Taller de Catalogación de libros antiguos programado por la Fundación, y en 2013 dentro de las actuaciones proyectadas por la Universidad de Córdoba con motivo del Día Internacional de Libro, una exposición que se pudo contemplar en el Rectorado de la Universidad cordobesa.

De aquella colección de más de cincuenta títulos hemos seleccionado el “Diccionario manual para el estudio de antigüedades”, dedicado a la reina Isabel II, por Félix Ponzoa Cebrián y Joaquín María Bover de Roselló. Está editado en Palma, en 1846, en la Imprenta de Pedro José Gelabert. Tiene en la catalogación la signatura topográfica número 3809. Llama la atención su encuadernación artística de estilo romántico-isabelino; tapas de cartón forradas de piel, decoradas, y con los cantos dorados. En su portada la huella de un sello de caucho en azul que pone “DUPLICADO” y otro en rojo con el escudo de pertenecer a la Real Biblioteca. Estaríamos, por tanto, ante uno de los volúmenes enviados por el rey Alfonso XIII para la Biblioteca.

Una de las imprentas destacadas de Mallorca en la segunda mitad del siglo XIX, período de la edición del Manuel, es precisamente la de Pedro José Gelabert, uno de los talleres más trascendentales para la bibliografía mallorquina.

Justifican Ponzoa y Bover que su época no desdeña el estudio del pasado, ni “deja de aprovechar cuantos medios están a su alcance para conocer la fisonomía de cada uno de los siglos que le ha precedido”, acaso por el prurito de innovación que estimula a la sociedad. Una sociedad, dicen, que además de observar en las historias de la antigüedad y de los anales de la edad media los principales hechos que manifiestan el estado social y político de los pueblos, “acota las circunstancias más menudas que aquellos les ofrecen, para formarse idea del carácter especial de sus usos y costumbres”.

Al interés de los grandes acontecimientos históricos, comentan que se ha unido el de sus accesorios, porque unos y otros “presentan datos igualmente preciosos para resolver los problemas históricos”, deduciendo el grado de cultura de las naciones y de los individuos. Esta es la razón, según Ponzoa y Bover, por la cual la historia ha llamado como auxiliares a la numismática y a la arqueología, ciencias modernas que constituyen lo que se dice un anticuario. Desconocer la importancia de estas ciencias, afirman, es negar la necesidad de completar o rectificar las ideas que tomamos de los libros de historiadores y analistas, reflexionando que “una moneda autoriza más que una cita; una medalla reasume un texto; un monumento equivale a una disertación”.

El estar ellos imbuidos en esta filosofía, y viendo que estas ciencias progresan en otros territorios cultos de Europa, ha sido el motivo de incitar la afición a semejantes estudios, pretendiendo, según escriben, “contribuir en nuestras débiles fuerzas a la ilustración de nuestros compatricios”. Demuestran con su publicación que no necesitan de recomendaciones, “puesto que lo mismo es hacerse cargo de su objeto que descubrir su importancia y utilidad”.

Argumentan la edición por ser muy escasas las obras clásicas de estas ciencias, además de no ser asequibles a todos el adquirir las noticias que en ellas se encierran, describiendo que “para unos sería difícil, para otros muy costoso y para todos sobradamente prolijo”. De ahí nace su trabajo, “para evitar tales inconvenientes”. Su propuesta ha sido reducir a pocas páginas, “lo más selecto que en muchos volúmenes se ha escrito”. Para ello, expresan, se han servido del auxilio de acreditados escritores y de muchos documentos inéditos. De esta forma han construido este Manual cuyo uso, advierten, “es extensivo a toda clase de personas que tengan amor a las antigüedades; y cuyos artículos metódicamente colocados forman, por decirlo así, el cuadro sinóptico de esta ciencia interesante”.

Los autores de los que se han valido son: Morel, Angeloni, Rasche, Bastus, D’ Aschieri, Gusseme, Mionét, Neoupord, Vaylland, Florez, Velázquez, Pellerin, Metzabarba, Agustí, Academia de la Historia, Tracia, Lebrija, Fornér, Valcárcel, Balbuena, Cortés, Bellori, D’ Auville, Cuthrie, Plinio, O-Crowley, Ducadnge, Goltizio, Hunter, La Marmora, Ramus, Bartelemy, Sadoletus, Baronius, Huttichius, Volfgangus, Strada, Ursinus, Patin, Pannonius, Zantanus, Pluche, Rollen, Moreli, Cornida.

No hemos localizado, en el tiempo disponible para la investigación, muchos datos personales de Félix Ponzoa Cebrián, nacido en Murcia en 1799. Es más recordado su hermano, José Antonio Ponzoa, diputado, ministro de Marina, Comercio y Gobernación de Ultramar, catedrático de Matemáticas en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, y distinguido con la Gran Cruz de Isabel la Católica, de Beneficencia y de Carlos III. Se considera a Félix Ponzoa prosista, aunque no muy brillante, y sí un erudito anticuario y “artista filosófico”.

Por su parte, Joaquín María Bover de Rosselló (Sevilla, 1810; Palma, 1865), polígrafo, destacó como historiador, coleccionista, anticuario, bibliófilo y numismático. Sería consultado por Pascual Madoz para su celebre diccionario geográfico, conocido como Diccionario Madoz. Grandes momentos de su vida los dedicó a recopilar, transcribir y extractar manuscritos y documentos diversos. Con dicho trabajo formó una colección de 18 volúmenes: "Miscelánea erudita mayoricense". De su producción sobresalen los títulos de carácter histórico y biográfico.

El texto de la dedicatoria a la reina Isabel II es el siguiente: “Señora: Este libro es el Diccionario Manuel para el estudio de antigüedades que tenemos la singular honra y ventura de poder dedicar a V. R. M. y de ofrecer a su excelsa consideración. La benevolencia con que V. M. se dignó admitirlo, es un gran motivo de satisfacción y un título de gloria para sus autores. Proteja el cielo, Augusta Reina Católica, los sublimes sentimientos de vuestro corazón magnánimo, para bien de la Española Monarquía, consuelo de sus súbditos, y orgullo de cuantos se consagran al desarrollo de la ilustración. Palma 10 de octubre de 1846. Señora A. L. R. P. D. V. M. Félix Ponzoa. Joaquín María Bover”.

Han utilizado, por consiguiente, la fórmula que se usaba en las instancias dirigidas a los Reyes; es decir, “A Los Reales Pies de Vuestra Majestad”. Tras la dedicatoria se transcribe un escrito del Ministerio de Gobernación de la Península diciendo que la Reina ha tenido a bien admitir la dedicatoria del Diccionario Manual, orden que traslada el Jefe político de las Islas Baleares “para su inteligencia, la de los interesados y su satisfacción”. Está fechada en Madrid el 5 de marzo de 1846.

Acompañan al Diccionario una nota con el orden alfabético de las medallas geográficas, según Flórez y Ceán-Bermúdez, para que los aficionados a la numismática conozcan la disposición que deben seguir en el arreglo de las colecciones de medallas romanas,

Las últimas cinco páginas del Manual recogen la relación de suscriptores, la mayoría de Madrid y Mallorca. En Córdoba una sola personalidad: Luis María Ramírez de las Casas-Deza (1802; 1872), el más significativo historiador de la capital en el siglo XIX. Secretario y censor, hasta su muerte, de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.

BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA
Libro de la Semana:

Ponzoa Cebrián, Félix (n.1802)

Diccionario manual para el estudio de antigüedades ... / por Félix Ponzóa Cebrian y Joaquin María Rovér de Roselló.-- Palma : [s.n.], 1846 (Imprenta de Pedro José Gelabert)

345 p. ; 19,00 x 12,00 cm
Enc. Romántico isabelino
Cortes dorados
Sello en portada “DUPLICADO” (azul)
Sello corana Real Biblioteca (rojo)
Posible donación de libros por el rey Alfonso XIII

Materia/género: Antigüedades - Diccionarios.
Otros responsables:
Bover, Joaquín María (1810-1865).

Lugar: España - Palma de Mallorca

Sig. Top.: 3809

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