actualidad

12.11.13

SEMANA DE LA CIENCIA.
Aparatos y materiales para la enseñanza de las ciencias experimentales en el Museo Aguilar y Eslava

El material científico-didáctico es un extraordinario patrimonio cultural que cada vez se valora más en nuestra sociedad. Los antiguos Gabinetes de Ciencias han permanecido, salvo excepciones, ignorados durante décadas. La mayor parte de su material ha desaparecido, fruto de la desidia y el desconocimiento general sobre su valor e importancia. Afortunadamente el Museo Aguilar y Eslava, conserva y expone una buena muestra de este material, indicador de la práctica docente a lo largo de la historia.

Conocer el instrumental y el material utilizado en estos antiguos gabinetes de Ciencias, Historia Natural, Agricultura, Física y Química, que provienen sobre todo de la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del siglo XX es una forma de aproximación al trabajo desarrollado por el profesorado y el alumnado de las disciplinas científicas en diferentes épocas. El material científico-didáctico que conservamos en el Museo Aguilar y Eslava de Cabra, nos da cuenta de la evolución e importancia de este patrimonio.

Y es que la ciencia, más que una actividad teórica es una actividad práctica. Y los trabajos y experimentos siempre han sido característicos de la enseñanza de las ciencias experimentales. Su realización en el ámbito educativo se hacía preferentemente en los gabinetes y laboratorios, pero también en las aulas y para realizarlas se consideraba esencial disponer de un material científico apropiado.

Por regla general y durante mucho tiempo, la metodología que se empleaba en la didáctica de las ciencias en los antiguos institutos era, por lo general, muy expositiva. Se utilizaba el libro de texto como principal recurso educativo y se complementaba con el uso de láminas, colecciones de minerales, rocas, fósiles, animales naturalizados y en el caso de las ciencias factuales con la realización de experimentos con máquinas y aparatos, con los que se intentaba mostrar visualmente principios y leyes. En esta metodología el profesor era el centro de todo este proceso de enseñanza-aprendizaje, seleccionaba los contenidos y preparaba las demostraciones.

La mayoría de este aparataje científico escolar servía fundamentalmente para “observar”, para demostrar la existencia de fenómenos físicos o químicos que corroboraran las explicaciones teóricas. Y muchas piezas de este material científico-educativo eran costosos instrumentos de complicado manejo. En cualquier caso, la realización de experiencias prácticas individualmente o en grupo en los institutos históricos trataba de despertar en el alumnado el espíritu de observación y el conocimiento de los fenómenos científicos, utilizando para ello materiales y aparatos sofisticados que a su vez se complementaba con otro material sencillo y cotidiano que elaboraban los propios estudiantes.

El patrimonio histórico- científico del Instituto Aguilar y Eslava que se puede conocer en su Museo es ejemplo del potencial instructivo y educativo que tuvieron estos centros escolares y que constituye una fuente importante para el conocimiento de la historia de las enseñanzas de las ciencias.