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PIONERAS: ALUMNAS Y PROFESORAS DEL REAL COLEGIO E INSTITUTO DE CABRA

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ARCHIVO HISTÓRICO AGUILAR Y ESLAVA

BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA

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20.12.13

COLECCIÓN DE GRABADOS, DIPLOMAS Y TÍTULOS DEL INSTITUTO –FUNDACIÓN AGUILAR Y ESLAVA.

Desde el 5 de diciembre se puede visitar en el Museo Aguilar y Eslava la exposición titulada COLECCIÓN DE GRABADOS, DIPLOMAS Y TÍTULOS DEL INSTITUTO –FUNDACIÓN AGUILAR Y ESLAVA. Una muestra en la que podemos volver a ver la colección de grabados de estilo clásico (siglos XVIII y XIX), así como un curioso repertorio de diplomas y títulos académicos que son documentos reveladores de las distintas épocas de Instituto-Colegio de Cabra.


Esta colección de grabados tiene su origen en los siglos XVIII y XIX, y proceden de la Real Calcografía de Madrid (1789) y se remitieron al centro, con el objeto de servir de instrucción y modelo de estudio a los alumnos en diferentes disciplinas pero especialmente en historia, arte y dibujo.

Entonces apuntábamos, que no se habían podido recuperar, varios ejemplares de la colección “retratos de españoles ilustres” de 1788-1819. Felizmente, en esta exposición de 2013, incorporamos tres grabados recuperados de aquella serie.

• Retrato de Benito Arias Montano, (1527 - 1598) teólogo, humanista, y escritor sevillano. Dibujado por Estévez y grabado por Ballester.
• Retrato de Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517) cardenal, arzobispo de Toledo y primado de España, tercer inquisidor general de Castilla y regente de la misma a la muerte de Fernando el Católico.
• Retrato de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) Caballero del Orden de Santiago, Capellán de Honor de S. M., “Poeta Cómico en quien compitió la invención ingeniosa, con la urbanidad y belleza del Lenguaje” como dice la leyenda impresa a su pie.

Estos grabados fueron además reunidos en una obra de 111 “Retratos de los españoles ilustres con un epítome de sus vidas”, que fue proyectada por la Secretaría de Estado en 1788, y que contó Manuel Salvador Carmona, director de grabado de la Real Academia de San Fernando y la participación de los mejores grabadores del momento. La obra se publicó por entregas y la conservamos encuadernada en un precioso libro de grandes dimensiones en la Biblioteca Histórica del Instituto, formando parte del rico patrimonio bibliográfico del Instituto – Fundación Aguilar y Eslava.
Además, formando parte de la misma exposición también se muestra un curioso repertorio de diplomas y títulos académicos que van desde 1850 hasta 1981 y que son documentos reveladores de las distintas épocas de Instituto-Colegio de Cabra.

Como señala María Soledad Rubio Sánchez en su “Historia del Real Colegio de Estudios Mayores de la Purísima Concepción de Cabra (Córdoba). 1687-1847” (1970), durante los primeros años del Real Colegio no habría premios o distinciones escolares. Las primeras láminas impresas como diplomas aparecerían cuando fuera Colegio de Humanidades (1828), época en la que estos premios pasaron a formar parte del nuevo sistema pedagógico y se otorgaban con toda solemnidad. Pero será a partir de su conversión en Instituto de Segunda Enseñanza cuando se le facultará para la concesión del título de bachiller de Artes (1857), cuando se generalizó su entrega junto al resto de premios ordinarios.

Más adelante, formando parte del solemne acto de la Apertura de curso, instituido a partir de 1872, se generalizó la entrega de “premios propios del Instituto” consistentes en medalla de plata y un diploma “la preciosa estampa en excelente grabado, propiedad antigua de este Real Colegio”. A partir de 1877, el Instituto de Cabra sería declarado Provincial y con D. Luis Herrera como Director estos Diplomas alcanzaron su máximo prestigio como premios escolares del acto conocido como Academia y que se realizaba en el mes de mayo.

El siglo XX se inicia con la creación del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. El Instituto de Cabra convertido en General y Técnico (1901) se ve limitado a impartir los estudios Generales de Bachillerato y las enseñanzas nocturnas para obreros. La sucesión de diferentes gobiernos y sucesivos ministros trajo consigo diferentes planes de estudio que caracterizarán esta época (Plan Callejo, 1926; Fernando de los Ríos, 1932 y 1937; Sainz Rodríguez, 1938; Ruiz Giménez, 1953; y Villar Palasí, 1963). Durante estos años, como Instituto Nacional de 2ª Enseñanza o de Enseñanza Media, el Instituto Aguilar y Eslava expediría títulos de bachiller elemental, superior o hasta de Maestro de 1ª Enseñanza, además de diplomas académicos de matrícula de Honor y otros premios.

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